martes, 29 de noviembre de 2011

Membrillo

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Hace apenas tres semanas, Miguel Baquero, en una de sus entradas dedicadas a la lengua castellana y a las sandeces que en torno a ella se mueven, hablaba de un concurso en el que se elegía la palabra más bella en castellano. También se hablaba en ella, de que, sin duda, la mejor lengua para el insulto es el castellano, dejé razón de varias palabras que me encanta usar cuando tengo que defenderme ladrando, no obstate, se me olvidó una de mis favoritas: ¡¡¡ Membrillo!!!  y nos hemos acordado hoy que mamy anda en estos días en su labor de hacernos el postre de invierno.
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Cójanse los membrillos, lávense y córtense en cuartos depojándolos de sus rabillos y culetes, mamy pone las semillas y la cáscara porque dice que sueltan pectina, échense a la olla a presión, apenas con un vasito de agua, cuézanse por 20' desde que empieza el ingenio a soplar. Tritúrese la cocción con batidora y pásese el resultado por tamiz fínísimo, ahí se quedan las semillas:

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En esta foto ya habíamos añadido cascarillas de limón bien escaldadas por dos veces para quitar el amargo. La verdad, es que, viendo esta foto, no está nada apetecible, parece un potito insulso de cachorro. Así que hay que ponerle su mismo peso en azúcar, como no temos una báscula que mida semejante cantidad, ayudándonos de la fórmula  ¶ . r² . H, calculamos el volumen y decidímos que había que hacerlo en tandas, no tenemos ollas más grandes...
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Aquí, el asunto, llevaba 1/2 hora cociendo con su misma cantidad de azúcar, y mamy remueve, remueve...
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Aquí 1 hora de cocción, habiéndose mamy enguantado la mano en goma para evitar quemaduras durante el mueve que mueve. ¡¡¡La cuchara ya se sostiene!!!
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1 hora y 1/2:
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Aquí la comparativa de color entre el puré de fruta y el dulce cocido... Ahora daremos razón:
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Dice mamy, que, todos vais a decir que no tiene el color del membrillo, y es cierto, no tiene el color del membrillo de las confiterías o el comercial, la diferencia puede estar en dos razones, o bien cuando parten los membrillos para hacerlo, lo hacen en tales cantidades que la fruta, como pasa con la manzana se oxida y da su color al dulce, o lo más usual, que para ahorrarse una hora de cocción con el azúcar, primero se elabora un caramelo con el azúcar para luego mezclarlo con la fruta, le deja un color estupendo pero sabe demasiado a caramelo y no a membrillo... Eso dice mamy. En fin, el resultado de la primera tanda:
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A mi, sólo me lo dejaron probar antes de ponerle azúcar, Hooker no quiso ni probarlo...




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Creo que soy una MEMBRILLA.
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viernes, 25 de noviembre de 2011

Pablito

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Pablito, Pablito, Pablito!!! Toooodo el mundo está esperando a que llegue Pablito:
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Que es el nene que va a adoptar tita Eldy, por una parte me alegro... A Hooker, ya , no le va a funcionar el chollo!! Juas, juas, juas... Es  que tengo muchos celos!!! Eldy adora a Hooker, Gely, adora a Hooker, Patry adora a Hooker, abuely adora a Hooker... Tooooodo del mundo adora a Hooker, a mi ni me llaman por mi nombre, unas Daisy, otras como se le ocurre... Pues mira Hooker, te chinchas que Pablito te ha quitado un puesto. ¡¡¡chincha rabiña!!!
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martes, 22 de noviembre de 2011

lunes, 21 de noviembre de 2011

Pleorotus, o lo que es lo mismo ¡¡Ostras!!

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El sábado me lo pasé cuidando el guiso para la cena "electoral" que da mamy cada cuatro años. Este año, al caer en otoño mamy ha hecho una crema de boletus y morcillo de buey con setas, os voy a dar esta última receta con la que casi muero por inhalación.
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2 Kg de morcillo de buey con hueso, es decir, osobuco:
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Para la salsa:
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2 puerros, 2 zanahorias y 1/2 Kg de setas congeladas que contengan: sitake, champiñón, seta de cardo y cantarela de monte. 10 ó 15 grms de boletus edulis deshidratado.
1/4 de litro de brandy o vino de Jerez seco. Caldo casero o en su defecto, agua.
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Salpimentar la carne, meter en una bolsa con dos o tres cucharadas soperas de harina, sacar de la bolsa quitando el exceso de harina, cubrir de aceite el fondo de la olla rápida e ir dorando las piezas de carne, sacarlas. Misma olla, mismo aceite, pochar  el puerro y la zanahoria cortado en rodajas. Cuando ya estés aburrida, y la verdura pochada, agregar las setas y dejar que pierdan toda el agua que sueltan por evaporación... Ahora es cuando mamy se pone la primera copichuela. Una vez evaporada el agua que viene a durar, aproximadamente lo mismo que tarda mami en hacer desaparecer su copa, agregar el brandy y la misma cantidad de agua, los edulis remojados con su agua, cerrar la olla y dejar cocer 15 minutos. Abrir la olla, pasar todo por la batidora y por el cedazo, poner la carne de nuevo en la olla, regar con la salsa, si está muy espesa, agregar agua y brandi en iguales cantidades, dejar cocer 1/2 hora con la olla cerrada, abrir, comprobar grado de cocción y si es adecuado dejar cocer ya sin presión una hora, o hasta que la carne esté muy tierna.
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Saltear 1/2 Kg de ¡¡ostras!! de tierra, seta de chopo, dejar que pierdan toda su agua, agregar a la carne y reservar el platillo, mejor de un día para otro, para el momento electoral.
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Como llevaba poca pimienta, mamy me ha dado una penquita... umhhhh!!!
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sábado, 19 de noviembre de 2011

viernes, 18 de noviembre de 2011

Costumbres

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Dice Estrabón en su geografía, libro III, que entre las norteñas de las íberas -no nos vamos a poner a dar nombres de tribus, que tal como indica el autor, sería aburrido- era común lo arrojado de las mujeres, puesto que, "trabajaban la tierra hasta el mismo momento de dar a luz, después del parto, servían a sus maridos acostándolos en sus lechos con el recién nacido." El papá de mamy, le contaba que entre los bisabuelos, originarios de tierras de amacos, era costumbre, el día del nacimiento de un cachorro humano, que en la casa se cociera una gallina, la parida se tomaba el caldo, el marido se comía la gallina y descansaba en el lecho con el niño.
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Creo que Hooker ya se está planeando comerse la gallina, yo soy muy costumbrista, pero en esta ocasión será por encima de mis colmillos.
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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Lenny

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Este es Lenny:
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Yo conocí a Lenny la pasada primavera en los paseos nocturnos que me da mamy sin Hooker. Lo nuestro ha sido amor a primera vista, sobre todo por su parte. Mamy me ha enseñado como manipular al género masculino, y funciona de maravilla, Lenny siempre juega a lo que yo quiero y cuando se queda en casa, dependiéndo de mi humor duerme conmigo en mi cuna o no. Lenny, como yo, es adorable y tiene cara de simpático, aunque tambiém sabe enfadarse y gruñir si otros chicos quieren jugar demasiado conmigo. Mamy le llama Lenny Lenote Pesadote porque cuando nos ve no deja de besarnos, Lenny siempre me está siguiendo:
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 Yo quiero mucho Lenny, Lenny me regala lazos de colores y huesos de cuero y quizá a mediados de enero tengamos cachorros, pero todavía no hemos podido saberlo.
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jueves, 3 de noviembre de 2011

Elegía a la Muerte de un Perro

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La quietud sujetó con recia mano
al pobre perro inquieto,
y para siempre
fiel se acostó en su madre
piadosa tierra.

Sus ojos mansos
no clavará en los míos
con la tristeza de faltarle el habla;
no lamerá mi mano
ni en mi regazo su cabeza fina
reposará.

Y ahora, ¿en qué sueñas?
¿dónde se fue tu espíritu sumiso?
¿no hay otro mundo
en que revivas tú, mi pobre bestia,
y encima de los cielos
te pasees brincando al lado mío?

¡El otro mundo!
¡Otro... otro y no éste!
Un mundo sin el perro,
sin las montañas blandas,
sin los serenos ríos
a que flanquean los serenos árboles,
sin pájaros ni flores,
sin perros, sin caballos,
sin bueyes que aran...

¡El otro mundo!
¡Mundo de los espíritus!
Pero allí ¿no tendremos
en torno de nuestra alma
las almas de las cosas de que vive,
el alma de los campos,
las almas de las rocas,
las almas de los árboles y ríos,
las de las bestias?

Allá, en el otro mundo,
tu alma, pobre perro,
¿no habrá de recostar en mi regazo
espiritual su espiritual cabeza?
La lengua de tu alma, pobre amigo,
¿no lamerá la mano de mi alma?

¡El otro mundo!
¡Otro... otro y no éste!
¡Oh, ya no volverás, mi pobre perro,
a sumergir los ojos
en los ojos que fueron tu mandato;
ve, la tierra te arranca
de quien fue tu ideal, tu dios, tu gloria!

Pero él, tu triste amo,
¿te tendrá en la otra vida?
¡El otro mundo!...
¡El otro mundo es el del puro espíritu!
¡Del espíritu puro!
¡Oh, terrible pureza,
inanidad, vacío!

¿No volveré a encontrarte, manso amigo?
¿Serás allí un recuerdo,
recuerdo puro?
Y este recuerdo
¿no correrá a mis ojos?
¿No saltará, blandiendo en alegría
enhiesto el rabo?
¿No lamerá la mano de mi espíritu?
¿No mirará a mis ojos?

Ese recuerdo,
¿no serás tú, tú mismo,
dueño de ti, viviendo vida eterna?
Tus sueños, ¿qué se hicieron?
¿Qué la piedad con que leal seguiste
de mi voz el mandato?

Yo fui tu religión, yo fui tu gloria;
a Dios en mí soñaste;
mis ojos fueron para ti ventana
del otro mundo.
¿Si supieras, mi perro,
qué triste está tu dios, porque te has muerto?

¡También tu dios se morirá algún día!
Moriste con tus ojos
en mis ojos clavados,
tal vez buscando en éstos el misterio
que te envolvía.
Y tus pupilas tristes
a espiar avezadas mis deseos,
preguntar parecían:
¿Adónde vamos, mi amo?
¿Adónde vamos?

El vivir con el hombre, pobre bestia,
te ha dado acaso un anhelar oscuro
que el lobo no conoce;
¡tal vez cuando acostabas la cabeza
en mi regazo
vagamente soñabas en ser hombre
después de muerto!
¡Ser hombre, pobre bestia!

Mira, mi pobre amigo,
mi fiel creyente;
al ver morir tus ojos que me miran,
al ver cristalizarse tu mirada,
antes fluida,
yo también te pregunto: ¿adónde vamos?

¡Ser hombre, pobre perro!
Mira, tu hermano,
ese otro pobre perro,
junto a la tumba de su dios, tendido,
aullando a los cielos,
¡llama a la muerte!

Tú has muerto en mansedumbre,
tú con dulzura,
entregándote a mí en la suprema
sumisión de la vida;
pero él, el que gime
junto a la tumba de su dios, de su amo,
ni morir sabe.

Tú al morir presentías vagamente
vivir en mi memoria,
no morirte del todo,
pero tu pobre hermano
se ve ya muerto en vida,
se ve perdido
y aúlla al cielo suplicando muerte.

Descansa en paz, mi pobre compañero,
descansa en paz; más triste
la suerte de tu dios que no la tuya.
Los dioses lloran,
los dioses lloran cuando muere el perro
que les lamió las manos,
que les miró a los ojos,
y al mirarles así les preguntaba:
¿adónde vamos?
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Don Miguel de Unamuno
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Esta entrada debió haberse publicado ayer, día de difuntos, sobra decir que no soy una lumbreras en esto de la técnica.
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